miércoles, 23 de marzo de 2011

LA SALUD DEL MEDIO AMBIENTE FORMA PARTE DE NUESTRA SALUD: ¡CUÍDALA!

" Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos".
Marie Curie, física polaco-francesa, 1867-1934


Son diversos los factores ambientales (agentes contaminantes del agua, de los alimentos y del aire) que tienen una alta incidencia en la salud, siendo causa de una gran cantidad de enfermedades sobre todo de tipo respiratorio y de algunos tipos de cánceres. Por ejemplo, se calcula que una sexta parte de todos los fallecimientos y enfermedades infantiles pueden imputarse a factores medioambientales.

Un fenómeno global que afecta a dichos factores ambientales, y que implica además otros muchos riesgos, es el calentamiento de la tierra. Desde la década de 1850, momento en el que se empezaron a registrar las temperaturas, la tierra se ha recalentado aproximadamente 0.6 grados centígrados, circunstancia que se ha producido principalmente en los últimos 30 años . Esto parece una subida poco relevante, pero el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) ha estimado un incremento de la temperatura entre 1,8 y 5,8 ºC, y de los niveles marinos entre 9 y 88 cm durante el próximo siglo.

La razón principal de esta subida de la temperatura es el proceso de industrialización iniciado hace siglo y medio y, en particular, la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo, gasolina y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola  con el uso de pesticidas de forma indiscriminada. (IPCC; 2007). Todas estas actividades han aumentado enormemente el número de gases en la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. El tiempo de permanencia del dióxido de carbono en la atmósfera es superior a 100 años; por ello, nuestros actos afectan a las perspectivas de las futuras generaciones.

Todos estos cambios en el entorno no se reducen a simples alteraciones en el paisaje. El cambio climático conlleva una serie de riesgos que ponen en peligro la salud de las personas, tales como los fenómenos meteorológicos catastróficos, la variabilidad del clima, el cambio del patrón habitual de presentación de brotes de enfermedades infecciosas y la aparición de enfermedades emergentes por el cambio en los ecosistemas.


Según la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS,  el cambio climático continuado tendrá profundas consecuencias negativas en algunos de los principales determinantes de la salud, como los alimentos, el aire y el agua. Las zonas que disponen de una infraestructura sanitaria débil, en su mayoría situadas en los países en desarrollo, serán las menos aptas para prepararse y dar respuesta a estos problemas si no reciben ayuda.

Pero las consecuencias de estos cambios no nos quedan tan lejos. Repasando los datos de mortalidad, del Instituto Nacional de Estadística, en la ola de calor en España en 2003, encontré datos realmente sorprendentes: se observó un importante incremento de la mortalidad asociada al calor en los meses de Junio, Julio y Agosto por encima de lo esperado según las tendencias de los 10 últimos años. (Martínez et al. 2004). 

Frente a esto se pueden elegir determinadas opciones que afectan a la manera individual de vivir la vida, pero las personas también necesitan de un respaldo por parte de las autoridades, desde la posición que a éstas les compete. Entre el maremágnum de consejerías, organizaciones, gobiernos, etc. trabajando en el desarrollo de planes estratégicos para el cambio climático, el gobierno central ha optado por disminuir las subvenciones a las energías renovables (en 2010 la subvención presupuestaria para la energía fotovoltaica disminuyó en un 30%) como medida de recorte  en respuesta a esta gran crisis mundial que parece ser peor las siete plagas de Egipto. Se continúa urbanizando sin considerar conceptos como el de “isla de da calor urbana” en las grandes ciudades, de manera que aunque de forma individual estemos muy concienciados con el calentamiento de la tierra, no vamos a poder de dejar de utilizar el petróleo para calentar y enfriar nuestras casas…eso sí, siempre y cuando podamos seguir pagando la factura de Endesa.

Parece que los organismos gestores no actúan de la forma adecuada, los ciudadanos tendremos que abandonar nuestra cómoda posición individualista, y forzar un verdadero cambio que revierta los efectos negativos descritos.


  
Mara Fernández


1 comentario:

  1. No solo es cierto lo que comentas Mara, sino también más importante de lo que la gente habitualmente cree.
    la mayor parte de los países han incluido como línea de intervención emergente en sus planes de salud la atención al cambio climático.
    Otra cosa es que se lleve a cabo claro. Porque no depende de intervenciones de un solo sector.

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