"¡Tú siempre con tus "No puede hacerse"!
¿Es que escuchándome no estabas?"
Este jueves leí en el diario “20 minutos” una noticia sobre el aumento de “los bancos de tiempo” en Granada. Es una iniciativa interesante, que promueve la solidaridad, generando capital social. Y me hizo reflexionar sobre cómo gestionamos nuestro tiempo a favor de otras personas y de nosotros mismos. Cuántas veces sentimos que “no tenemos tiempo” y dejamos de hacer cosas que nos gustaría, o que mejorarían nuestra calidad de vida, como por ejemplo hacer actividad física, ir al cine, leer, disfrutar del contacto con otras personas, o algunas relacionadas con nuestro propio trabajo en donde a veces sentimos que “hemos trabajado todo el día, pero sin resultados”.
Lo que decidimos hacer con nuestro tiempo nos remite a la búsqueda del equilibrio entre seguir al Conejo Blanco o a Momo. El Conejo Blanco vive con la permanente sensación de estar carente de tiempo, presuroso por alcanzar a hacer todo lo que desea. Momo es el otro extremo. Es una niña que ayuda a las personas a “humanizar” su vida, a través del don de saber escuchar (“el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón”). Nos plantea la pregunta de si estamos usando (y disfrutando) nuestro tiempo.
Cómo logramos conciliar a Momo con el Conejo Blanco? A través de la gestión del tiempo. En las empresas, la capacidad para gestionar el tiempo es muy valorada en los trabajadores e influye en la producción y competitividad de una organización. Pero también podemos gestionarlo en nuestra vida diaria. Nuestro tiempo es un recurso valioso. Para lograr gestionarlo adecuadamente debemos comenzar por adquirir conciencia del uso que le damos y plantearnos para qué lo queremos.
Eso implica tener una visión de futuro, es decir hacia dónde queremos llegar. Y luego decidir entre dos ámbitos: lo Urgente (que exige atención inmediata) y lo Importante (que tiene que ver con lo que le da sentido a nuestra vida personal, familiar, a nuestro trabajo, o a la organización a la que pertenecemos).
Para ello, una herramienta útil es la matriz de Eisenhower, que nos da una idea de cómo poder diferenciar ambos elementos, para luego reflexionar sobre ellos.
Urgente | No Urgente | |
Importante | Para hacer “ya!” | Para añadir a la agenda |
No Importante | Posibles de delegar | Posibles de desechar |
Una vez que hayamos discriminado lo importante de lo urgente, podemos hacer una planificación (incluyendo en ella el tiempo de ocio y recreación). Esta matriz nos permite identificar las actividades prioritarias, visualizar cómo podemos distribuir las tareas con nuestros colaboradores, identificar dónde podemos sobrecargarnos (aprendiendo a decir que “no”) y establecer plazos que sean viables. La invitación es a revisar nuestras“agenda” haciendo una priorización sobre ella y aprovechando nuestro tiempo para hacer aquello que nos satisface y nos permite disfrutar de lo que hacemos.
Entonces, a quién seguirás? A Momo o al Conejo Blanco?... La elección está en tus manos.
Aguacalma
Fantástico post. Enhorabuena. Muy acertados los arquetipos del Conejo blanco y Momo.
ResponderEliminarDe la matriz de eysenhower ya hablaremos cuando abordemos el tema de la gestión del tiempo. ¿Te animas a participar?