domingo, 17 de abril de 2011

SIGUE LA LUZ

“Lo más difícil que puede uno tener que hacer
es ayudar a un ser amado a morir”
(Linda Hamilton  en  “Sigue la Luz”, 1986)


Hoy voy a comenzar esta mi última entrada en el blog, con un fragmento del artículo publicado en 2003 por elmundosalud.com, titulado "El poder curativo de la espiritualidad”:

La última prueba de que no sólo de pan vive el hombre viene de la mano de un equipo de investigación del Memorial Sloam Kettering Cancer Center de Nueva York (EEUU). Estos científicos han comprobado que la calidad de vida de los pacientes terminales mejora considerablemente cuando se satisfacen sus demandas espirituales en el momento de enfrentarse a la muerte.

Si está demostrado en numerosos estudios que una buena salud espiritual acompaña a una buena salud corporal, entonces… ¿por qué los médicos no damos apenas importancia a la faceta espiritual de nuestros pacientes? ¿por qué no nos esforzamos por entrar, aunque sea asomándonos simplemente, en ese campo inhóspito y difícil que es el mundo de lo no corporal, de la mente, de los sentimientos?





Bueno, muchos de mis colegas pensarán que ya tienen bastante con adentrarse en la parte física como para encima escarbar en las miserias espirituales de sus pacientes. Pero en esto, estimados lectores, pasa como en la Prevención, nadie se da cuenta de lo útil que es  hasta que se ha perdido gran cantidad de tiempo esforzándose por hacer otra cosa… en vez de haber recurrido a ella como primera opción.

Muchos de nuestros enfermos no siguen las normas, no hacen caso a lo que les "mandamos" ni cumplen religiosamente con los tratamientos que les prescribimos. 
Y nos dedicamos a regañarles y a hacerles responsables de ello, sin mirar hacia nosotros ni plantearnos otros posibles abordajes que, aunque no excluyan las terapias convencionales, tengan en cuenta diferentes aspectos de la persona que tenemos delante.

No se trata de conocer la vida interior de todos nuestros pacientes, pero sí de indagar sobre qué cosas les preocupan, cuales son sus objetivos, sus motivaciones, las causas de su infelicidad, de sus miedos.
En definitiva, de saber un poco por encima cómo va su “vida espiritual”.

Bueno, ¿y si nos quieren hablar de la muerte... de su muerte?, ¡¡uuy, no por Dios, ¿y ahora qué le digo?!! 
Pero... ¿acaso no es parte de la labor de un médico hablar con sus pacientes sobre el “proceso de morir”, como le llaman ahora? Piensen ustedes, ¿no es lógico que los enfermos nos asocien con la muerte? Y… ¿con cuántos de ellos hablan ustedes de este tema a lo largo de una mañana de consultas?
Es cierto que en la facultad no se nos prepara para hablar de la muerte, y también es verdad que, sobre este tema, cada profesional tiene su propia opinión. Pero ¿quién los asiste cuando les llega el momento?
Para eso están los curas”, pensarán. Pero el miedo a ponerse enfermos y a que su enfermedad se los lleve por delante no se lo cuentan al cura, nooo..., se lo cuentan a su médico, que somos nosotros. Y… ¿qué hacemos con ellos? ¿qué hacemos cuando nos preguntan? Pues dejarlos solos, la verdad.

Si echan ustedes un vistazo a la Ley 10/2011 de 24 de Marzo de "Derechos y garantías de la dignidad de la persona en el proceso de morir y de la muerte" (qué cosa más rimbombante, ¿verdad?), su Título III “Deberes de los profesionales sanitarios que atienden ante el proceso de morir y de la muerte”, habla de cosas interesantes, muy serias, pero no del consuelo espiritual. Y eso, amigos míos, es lo que uno va buscando cuando se muere ¿no creen? Al menos es lo que yo buscaría (bueno, eso y que no me enterase de "ná", puestos a pedir…).


Pero como me estoy poniendo muy macabra y triste y es época de felicidad -pues empezamos una (necesaria) semana de vacaciones-, quiero acabar esta reflexión animando a los profesionales a que se planteen esa responsabilidad y la afronten sin miedo. Como médicos podemos ayudar mucho más de lo que pensamos. ¿No nos gustaría que alguien hiciera lo mismo por nosotros?

Sólo les dejo un link, es una película ("Sigue la luz") que vi hace ya muchos años. Creo que fue la primera vez que pensé en cómo hablar de la muerte con una persona moribunda, y en que tiene que ser de las cosas más difíciles que a alguien le puede tocar hacer. 


Pero si, indiferente a la fortuna, a los placeres, a la ingratitud; si, sabiendo que te verás muchas veces solo entre fieras humanas, tienes el alma lo bastante estoica para satisfacerse con el deber cumplido, si te juzgas suficientemente pagado con la dicha de una madre que acaba de dar a luz, con una cara que sonríe porque el dolor se ha aliviado, con la paz de un moribundo a quien acompañas hasta el final; si ansías conocer al hombre y penetrar en la trágica grandeza de su destino, entonces, hazte Médico, hijo mío....
(Consejos de Esculapio)


Felices vacaciones!!

Inmaculada Villén Salán





martes, 12 de abril de 2011

SE PUEDE DIMITIR...


El pasado sábado leí  la siguiente noticia en un periódico de tirada nacional en su versión digital: “Dimite el director de un centro de salud por saturación”.

La cuestión que me surgió fue la siguiente, ¿qué significa DIMITIR? Esto me llevó a hacer lo que siempre me decían mis profesores de pequeña…busqué su significado en el diccionario, y esto es lo que encontré: “Renunciar, hacer dejación de algo, como un empleo, una comisión, etc."

El motivo principal de la dimisión de este compañero es el desacuerdo con la reciente reforma de la Atención Primaria en la Comunidad de Madrid, reforma que se gestó durante los años en los que ejercí allí como médica de familia  y, en la que a mi parecer, no se tuvo en cuenta la opinión de los profesionales.

Hace unos meses la noticia me habría llamado la atención. A día de hoy, 12 de Abril de 2011, día mundial de la Atención Primaria, y  tras 9 semanas de estudio de los diferentes modelos de gestión sanitaria en España y el mundo, la sostenibilidad del sistema sanitario, técnicas de gestión de equipos, de conflictos, de gestión de la comunicación, etc. la reflexión acerca de la noticia va más allá de esto. Cuando digo que va más allá me refiero a la relación directa que creo que debe existir entre los valores de las personas que hacen gestión y sus  actuaciones en el terreno. Esta relación no está presente en la mayoría  de los directores médicos ni en la mayoría de los jefes de servicio, es más, no es fácil encontrar a un director médico o jefe de servicio que conjugue sus valores y actuaciones de manera realmente  eficaz y transparente.

En mi opinión, el Dr. Casado es un perfecto ejemplo de la coherencia que debiera existir entre los valores y la actividad profesional. Por eso desde aquí me gustaría darle las gracias a este compañero, porque como nos dijo el profesor Bimbela hace unos días: “Señores, se puede dimitir”.

Mara Fernández Gómez

Aquí os dejo unas direcciones de blogs de atención primaria muy interesantes: 

http://elmedicodemihijo.wordpress.com/2011/04/08/dimision-de-un-director-de-centro-de-salud/

http://doctorcasado.blogspot.com/

 

 

jueves, 7 de abril de 2011

Gestión surfera

 “Cada vez saben más de menos hasta que lo saben todo de nada”
                                                                       Karl Marx

A sir Ken Robinson  (Liverpool, 1950 profesor emérito en la
Universidad de Warwick ) le  debemos la advertencia de que el mundo del conocimiento  académico no  puede  seguir renunciando al valor exorbitante de la creatividad. Es un innovador nato que nos alerta sobre el error de confundir inteligencia con cociente intelectual y del despropósito que significa   separar con ligereza la ciencia y la tecnología del arte y la creatividad.

Al Renacimiento le  sucede, la Ilustración, y el interés por  educar para satisfacer los trabajos que reclamaba la  sociedad industrial, aquí nace una fórmula sencilla, el cociente supuestamente intelectual, para definir, también supuestamente ,  la capacidad de los profesionales.
 Investigaciones paralelas  sobre  la inteligencia como atributo exclusivo de las personas, profundizaron  en sus rasgos básicos: fexibilidad, capacidad de representación mental y complejidad, hasta concluir que algunos miembros de nuestra especie no reúnen estas cualidades, mientras que sí son atributos de algunos animales.


Lo que el profesor Robinson llama elemento o dominio es la actividad física y mental que absorbe por entero el ánimo de quien lo practica. La persona absorta por su elemento encuentra en su ejercicio el sosiego, la seguridad en sí mismo y la confianza en el futuro que no le pueden dar otros.


Se puede tratar de la pasión mostrada por un surfista o del apego de un médico por sus enfermos y de un gerente por el porvenir de su proyecto sanitario, pero no basta con detectar el dominio adecuado, hay otro requisito indispensable. A la hora de elegir resulta insuficiente  acertar  en función de los  sentimientos y no de las condiciones externas de los puestos de trabajo disponibles.  También hace falta controlarlos para  que no nos  dejen  en la estacada y desgraciada o afortunadamente, solo hay un mecanismo para garantizarlo: la práctica y el esfuerzo continuado. El surfista no tiene más remedio que echar miles de horas a ejercitar su equilibrio sobre la ola; el médico debe examinar con detenimiento y  en ocasiones pasión a  miles de pacientes antes de estar seguro de que no se equivoca; y el gerente  ha de dedicar miles de horas al contenido de su misión, al aprendizaje de sus objetivos y al conocimiento de los procesos para alcanzar los dos primeros.

Os dejo el enlace al   video mas visto en los Últimos dis en yotube... que puede reflejar una  conversaciÓn entre un gerente y gerentizado....

" Ser felices y hablad  felices"
                                                                                                                        Peseshet

domingo, 3 de abril de 2011

El lado oscuro de la fuerza


 “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro
el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, 
el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti”

(que luego se convertiría en Darth Vader


En el último episodio de Star Wars,   el maestro Yoda forma a Luke Skywalker  para convertirlo en un Jedi. Le dice que el poder de un Jedi proviene de la fuerza,  y le advierte que tenga cuidado con el lado oscuro (ira, miedo, agresión), que podría dominar para siempre su destino, consumiéndolo, tal como lo hizo con Darth Vader.  Luke le pregunta: “es más fuerte el universo tenebroso?” A lo que Yoda responde: “no es más fuerte, sino más rápido, más fácil y más seductor”.   Finalmente le dice que un Jedi utiliza la fuerza como ciencia y para defensa, nunca para atacar.


Lo que Yoda está enseñándole a Luke no es otra cosa que gestión de emociones. Esto es, está tratando de formar en él una competencia para que las emociones sean consideradas como datos valiosos para resolver una situación.  Y es que el primer paso en la gestión de emociones,  es precisamente saber identificarlas; para luego, entrar en la emoción (aceptarla,  abrirse a la experiencia y legitimarla) y reconducirla positivamente para regularla, afrontarla y autogenerar emociones positivas. Una herramienta para lograrlo es la reestructuración cognitiva,   que permite identificar, analizar y modificar las interpretaciones o pensamientos erróneos generando así nuevas emociones. 


Cómo incorporar las emociones como un valor agregado en una organización?  En general, las personas con una actitud más “positiva” procesan la información de manera más eficiente y apropiada, aprovechando de mejor manera el esfuerzo realizado que cuando se está en un estado emocional diferente.  Esto no quiere decir que “neguemos el lado oscuro de la fuerza” pues emociones como la ira y el miedo, al igual que las otras emociones, son poderosas movilizadoras de nuestra conducta. El negarlas, reprimirlas, evitarlas, o desplazarlas hacia otras áreas de nuestra vida generan malestar, insatisfacción y sufrimiento no sólo en nosotros mismos, sino que contaminan también nuestra relación con los demás. De la misma manera, emociones “positivas” nos hacen sentir bienestar y satisfacción, en nosotros mismos y en las personas con quienes nos relacionamos. El contagio positivo sugiere mejores resultados en el lugar de trabajo. 


Según JL Bimbela,  el trabajo en gestión emocional nos permite lograr 4 grandes objetivos:  mayor eficacia en mi comunicación, mayor bienestar, mayor poder (recuperar poder sobre nosotros mismos) y tener un liderazgo resonante.  Este último se refiere a la capacidad que tenemos de “contagiar” nuestras emociones en nuestras relaciones con los demás.  Sin embargo, esto requiere de la voluntad de un permanente entrenamiento del hábito (“gimnasia emocional”).


Si las emociones se contagian, podemos decidir entonces, qué emociones quiero contagiar y cuáles me voy a dejar contagiar (y por quién).  La elección (y respuesta a esta pregunta) sólo depende de nosotros.

Aguacalma

viernes, 1 de abril de 2011

Emotional Intelligence: From Barney to the Business World

Emotional intelligence: the ability to understand yourself, your goals, intentions, responses, behaviour and  understand others, and their feelings.

Wait a minute...emotional intelligence? Another one of those lovey dovey theories in which "I love you, You love me, We're one big happy family?" That sounds like real professionalism in health care management. Let's all hold hands and sing with Barney.
Let me get back to work on real things. Protocols. Strategic Planning. Budget Planning. Human Resources.

News Flash: London School of Business: "Learning to Show Emotional Intelligence"

London School of Buiness, that sounds a bit more like professionalism than Barney...It sounds a bit more like men and women in business suits than a big purple dinosaur.


Why Barack Obama Won the Election with Emotional Intelligence



So Emotional Intelligence can cause success? Win elections?  It can also  can cause some dollars in the piggy bank:
  • When the U.S. Air Force began selecting recruiters based specifically on their EI skills, it reported that recruiting successes increased threefold. In total, the Air Force EI initiative produced annual savings of $3 million and it was later recommended that all branches of the military launch similar initiatives.
  • Financial advisors at American Express who were trained in EI proved their worth in a study that compared them to other advisors who did not receive the training. After the training was completed, the advisors in the EI group grew their businesses by 18.1 percent. The untrained group saw growth of 16.2 percent

    Understanding the feelings or your co-workers, your boss, or your employees allows a more harmonized work environment. Click here to read Guidelines on Promoting Emotional Intelligence in the Workplace. And start counting the pennies (and dollars) pouring into the piggy bank of success.