jueves, 7 de abril de 2011

Gestión surfera

 “Cada vez saben más de menos hasta que lo saben todo de nada”
                                                                       Karl Marx

A sir Ken Robinson  (Liverpool, 1950 profesor emérito en la
Universidad de Warwick ) le  debemos la advertencia de que el mundo del conocimiento  académico no  puede  seguir renunciando al valor exorbitante de la creatividad. Es un innovador nato que nos alerta sobre el error de confundir inteligencia con cociente intelectual y del despropósito que significa   separar con ligereza la ciencia y la tecnología del arte y la creatividad.

Al Renacimiento le  sucede, la Ilustración, y el interés por  educar para satisfacer los trabajos que reclamaba la  sociedad industrial, aquí nace una fórmula sencilla, el cociente supuestamente intelectual, para definir, también supuestamente ,  la capacidad de los profesionales.
 Investigaciones paralelas  sobre  la inteligencia como atributo exclusivo de las personas, profundizaron  en sus rasgos básicos: fexibilidad, capacidad de representación mental y complejidad, hasta concluir que algunos miembros de nuestra especie no reúnen estas cualidades, mientras que sí son atributos de algunos animales.


Lo que el profesor Robinson llama elemento o dominio es la actividad física y mental que absorbe por entero el ánimo de quien lo practica. La persona absorta por su elemento encuentra en su ejercicio el sosiego, la seguridad en sí mismo y la confianza en el futuro que no le pueden dar otros.


Se puede tratar de la pasión mostrada por un surfista o del apego de un médico por sus enfermos y de un gerente por el porvenir de su proyecto sanitario, pero no basta con detectar el dominio adecuado, hay otro requisito indispensable. A la hora de elegir resulta insuficiente  acertar  en función de los  sentimientos y no de las condiciones externas de los puestos de trabajo disponibles.  También hace falta controlarlos para  que no nos  dejen  en la estacada y desgraciada o afortunadamente, solo hay un mecanismo para garantizarlo: la práctica y el esfuerzo continuado. El surfista no tiene más remedio que echar miles de horas a ejercitar su equilibrio sobre la ola; el médico debe examinar con detenimiento y  en ocasiones pasión a  miles de pacientes antes de estar seguro de que no se equivoca; y el gerente  ha de dedicar miles de horas al contenido de su misión, al aprendizaje de sus objetivos y al conocimiento de los procesos para alcanzar los dos primeros.

Os dejo el enlace al   video mas visto en los Últimos dis en yotube... que puede reflejar una  conversaciÓn entre un gerente y gerentizado....

" Ser felices y hablad  felices"
                                                                                                                        Peseshet

2 comentarios:

  1. Me ha encantado¡ será por la tara surfista que tengo.
    Muy interesante la referencia a Robinson por cierto
    Enhorabuena

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  2. De acuerdo con Sergio...una entrada estupenda llena de conceptos y emociones :)

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